El pasado jueves día 3 de Febrero recibimos un aviso: una pareja paseando a sus perros había encontrado a una podenca amarrada a un palo, en un estado extremo de desnutrición y deshidratación, abandonada así, para que no tuviera la más mínima oportunidad ni de buscarse la vida.
¿Hasta dónde puede llegar la crueldad humana?…
Allí estaba la pequeña Lucy, esperando paciente y silenciosa a que llegara su muerte y suplicando que no tardara en hacerlo, no podía más con tanta agonía. Pero afortunadamente alguien la vio, alguien que no dudó en intentarlo y la llevó inmediatamente al veterinario.
Las primeras noticias no fueron esperanzadoras: Lucy tenía una infección grave generalizada y mucha anemia. Debía de llevar bastantes días sin comer ni beber.
Pasaron las horas y Lucy, aunque con la mirada perdida y sin fuerzas, empezó a responder al tratamiento. Al día siguiente toleró una jeringuilla de comida. Hoy consigue levantarse a hacer sus necesidades y nosotras nos sentimos inmensamente felices de saber que esta vez el bien le gana el pulso al mal, felices de saber que existe gente muy buena como María y Joaquín que le salvaron la vida a Lucy sin plantearse nada más.
Gracias a los dos por no ser impermeables al sufrimiento innecesario.
Gracias Lucy, por luchar en tu nombre y en el de todos los invisibles.
Actualización 18-03-2011:
Lucy tiene ya su familia definitiva. Ahora se llama Juanita y tiene un hermano que se llama Juan.
Gracias Laura por adoptarla y darle tantísimos mimos y cuidados.
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